Playa Chaguaramas, tierra de gracia…

El reloj marcaba las 3 a.m. y ya íbamos por la carretera vía a Oriente. Noche muy oscura sin luna y los tres vehículos que comprendían el grupo de viaje, se desplazaban rápidamente entre curvas, vegetación y caseríos. Mi emoción se notó a lo largo de todo el camino, ya que este fue mi primer viaje de acampada con mi primera camioneta.

Vía a Oriente

 

5 a.m. y el sol comenzaba a salir por el este, descubriendo una mañana con una neblina muy densa sobre la carretera, algo que jamás habíamos visto en esta zona. Nunca nos detuvimos, incluso desayunamos unos sándwich mientras conducíamos para no perder tiempo.

 

¡HOLA SUCRE!

Transcurrieron las horas, y ya a las 8 a.m. habíamos pasado Puerto La Cruz. En este punto nos encontrábamos en plena vía hacia Cumaná, en la que guardo muchos buenos recuerdos. En algún punto de esa carretera de costa-montaña, se encuentra una casa dentro del Parque Nacional Mochima, justo frente a un arrecife de coral, donde viví unos días de vacaciones de infancia inolvidables, rodeado de bellas playas y las famosas toninas de mar que habitan esas aguas.

Seguimos nuestro camino dejando atrás el estado Anzoátegui. Al llegar a Cumaná, Estado Sucre, seguimos rumbo hacia el norte de la península, pasando Cariaco, Carúpano, la hermosísima bahía de El Morro de Puerto Santo, y llegando y haciendo parada obligatoria en el pueblo Río Caribe.

En Río Caribe se carga agua en un llenadero de cisternas que hay ahí»

dijo un señor en Puerto Santo, ante nuestra preocupación por llenar los bidones de agua fresca, que posteriormente usaríamos en la playa para el aseo personal, sobre todo del cabello de las mujeres… Ustedes saben… Me gustó mucho este pequeño pueblo costero. Está muy bien conservado y aún no pierde el aire colonial. Sus casas, sus calles, su iglesia y su plaza te transportan en el tiempo. La bahía es pequeña pero muy bonita, con su playa propia. Lo que más me llamó la atención es el gigantesco Cristo que está en la montaña frente al pueblo montado en una estructura de concreto, como si fueran las columnas de una casa. Allá lo llaman “El Cristo Rey”, y parece bendecir y cuidar con sus brazos abiertos desde arriba, al pueblo y su gente.

Por desgracia no pudimos pasar más tiempo allí, ya que llevábamos aproximadamente unas 12 horas de viaje y todavía no sabíamos cuánto más faltaba.

En ese entonces ninguno disponía de GPS, así que preguntamos qué vía nos llevaba a Playa Chaguaramas. Continuamos hacia el noreste por una angosta carretera de infinitas curvas hasta que llegamos al famoso cartelón de madera que dice: “Bienvenido a Playa Medina y Puy-Puy”. Respectivas fotos en el lugar, ya felices de haber llegado y continuamos hacia la derecha por donde llegamos al caserío llamado Puy-Puy. Algo que llamó la atención de todos los del grupo fue la inmensa cantidad de cerdos en todas las casas de ese pueblito. Pareciera que fueran las mascotas del lugar.

Una vez en el pueblo, entramos al último tramo del viaje. Un camino de tierra de aproximadamente 2 kilómetros de largo, que lleva directo a Playa Chaguaramas. Por estar en curso los días de Semana Santa en nuestro país, a la entrada de dicho camino nos detuvo un grupo de niños, pidiendo dinero para la quema de un Judas que tenían sentado y atado a una silla.

Previo al viaje nos habían informado que ese camino de tierra en época de lluvia supone un obstáculo bastante difícil e interesante de superar con los rústicos, por lo que fuimos preparados con un equipo básico de recuperación, que al final no utilizamos ya que este tramo estaba en perfectas condiciones.

PLAYA CHAGUARAMAS NOS DA LA BIENVENIDA

A las 5 p.m. después de 14 horas de viaje, llegamos finalmente a la paradisíaca Playa Chaguaramas. Después de tantear la zona en busca del mejor sitio para establecer nuestro campamento, nos dispusimos a armar las carpas y organizar todo. Cenamos, y a las 10 p.m. llegó el otro carro que faltaba con tres tripulantes más para de esta forma completar el grupo de viaje. Hablamos un rato bajo las palmeras y una brisa de mar increíble, y nos acostamos a dormir.

Para mi, acampar en playa es uno de los planes más sabrosos que existen, siempre y cuando no te toque un abusador en el campamento de al lado con una música a todo volumen. El sonido de las palmeras siendo golpeadas por la brisa, las olas rompiendo a lo lejos, ese olor a salitre y una temperatura perfecta, arrullan los sueños de hasta el más insomne.

A la mañana siguiente nos dimos cuenta del paraíso en el que estábamos metidos. Chaguaramas es una playa de la costa norte de la Península de Paria. Tiene una extensión de 1 kilómetro de largo y está ubicada entre las playas Medina y Puy Puy. Aguas cristalinas, arenas claras, oleaje moderado, brisa constante durante todo el día y la noche y millones y millones de palmeras que la resguardan del sol, haciéndola perfecta para acampar. También en esos días que pasamos allá pudimos conocer Playa Medina, una bahía bastante corta, más popular entre los temporadistas de la zona. Chaguaramas aún teniendo el pueblo de Puy Puy a menos de 2 kilómetros, se mantiene mucho más virgen y limpia que las demás. Allí no se consigue ningún tipo de servicios, sólo una empanadera en la mitad de la playa y un camión que va a vender hielo de vez en cuando. ¡Ah! Sin olvidar la mejor y más fresca agua de coco que he tomado en mi vida. En ese viaje aprendí a valorar una buena agua de coco, que antes no me gustaba.

Las noches en Chaguaramas fueron todas increíbles, pero más la última que el resto de las anteriores. Como a eso de las 6 p.m. cuando el sol ya se ocultaba por el oeste, observamos una luna que parecía una cachapa saliendo por el este, la cual nos acompañó toda la noche aderezando el bello paisaje y alumbrándonos totalmente, cual bombillo.

ORLANDO, EL PERSONAJE DEL VIAJE

Como anécdota divertida del viaje, puedo recordar a un personaje bastante singular que conocimos en la playa. Orlando, era su nombre, y desde la primera noche hizo lo imposible por agradarnos, servirnos y conseguir así algo de dinero. Uno, sólo pedía y él resolvía de una manera bastante rápida y efectiva. La primera noche le pedimos una parrillera, y nos consiguió un rin de un carro y una rejilla, donde cocinamos casi todas las comidas de los días siguientes. Pero el cuento más memorables, fue el día en el que un amigo, en su necesidad por tener otro bidón de agua, le pidió uno a Orlando. A la media hora llegó con un bidón gris y le cobró Bs. 20. Este sólo tenía un billete de Bs. 50 y confió en él para que fuera a buscar vuelto y regresara. Por supuesto, como dice el viejo dicho: “Música paga no suena”, al individuo más nunca lo volvimos a ver. Mi amigo, de la rabia, lo fue a buscar por todo el pueblo y hasta pagó Bs. 50 más para que le dijeran dónde estaba, pero nada. Al día siguiente, ya con los ánimos más calmados y habiendo gastado un total de Bs. 100 por el bidón de plástico, descubrimos que este lo había tomado “prestado”, porque tenía el nombre, de seguramente el dueño, grabado en la parte superior.

Los días transcurrieron entre amigos, largas conversaciones, música y una convivencia increíble en un lugar muy especial. Acampamos durante una semana en la playa, desconectados 100% de la realidad de nuestro país, ya que en el lugar jamás tuvimos señal de celular. ¡Gracias a Dios!

Nos despedimos de Chaguaramas muy temprano en la mañana del día Jueves Santo, recogiendo toda la basura que habíamos generado y dejando todo mejor que como lo habíamos conseguido. Vía a Caracas, no continuamos nuestro camino sin antes detenernos en Carúpano y comprar los famosos embutidos que en este lugar fabrican, conocidos ampliamente por su calidad y característico sabor.

De esta manera finalizaba el primero de muchos viajes, durante las Semana Santas siguientes, recorriendo nuestro hermoso país.

Elías Rodríguez Azcárate


Tips del Venezolano en un Viaje:

 – Llevar agua potable en bidones para el aseo personal. No hay río cerca.

– Protector solar.

– Comida y bebidas ya que no hay negocios cerca que puedan proveer.

– Equipo completo de camping

– Ropa ligera.

– Tener cuidado con los cocos que caen constantemente de las palmeras. Pueden ser peligrosos tanto para las personas como para los carros.

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