¡Hola!
Mi nombre es Elías Rodríguez Azcárate, venezolano de nacimiento. Soy comunicador social egresado de la Universidad Católica Andrés Bello en Caracas, Venezuela, fotógrafo y amante de los viajes por el mundo a mi propio estilo: el estilo Overland.
MIS INICIOS
Desde muy pequeño mis Padres me introdujeron al mundo fuera de las grandes ciudades a través de maravillosos viajes por toda Venezuela. A los 5 años de edad aprendí a pescar con mi Padre y ser fuerte en la naturaleza, de mi Madre aprendí a admirar sus colores, olores y formas, aprendí que cada lugar tiene sus cosas hermosas.
Con el pasar de los años esta educación fuera de casa y fuera de las aulas de clase convencionales, fue desarrollando en mi un amor por admirar nuestro mundo y su gente, que más tarde sin saberlo se convertiría en mi gran pasión y que ligado con mi carrera universitaria, mostraría al mundo a mi manera y estilo.
En el año 2007 con la adquisición de mi primera camioneta decidí lanzarme a recorrer Venezuela, algo que comenzó como un pasatiempos junto a mis amigos de la universidad pero que poco a poco se fue transformando en una necesidad por cada vez alcanzar destinos nuevos y más difíciles de coronar. De esta manera seguiría llevando a cabo la labor que mis Padres comenzaron, pero esta vez por mi cuenta, asumiendo mis propios riesgos y responsabilidades en carretera, y profesionalizando cada vez más mis recorridos y el material que en estos producía.
Fueron años de muchos aprendizajes adquiridos a través de mi propia experiencia y también observando las experiencias, errores y aciertos de los demás. Siempre cauteloso pero desafiante a la vez, muchas veces sin medir las consecuencias de atravesar ciertas zonas no tan seguras, fui abriéndome paso a través de una Venezuela de la cual había probado sólo un sorbo durante mi infancia, y que en esta nueva etapa de mi vida me bebía como un buen trago en las rocas, siempre enfocándome en lo que significa visitar un lugar, sentirlo, vivirlo, olerlo y probarlo lentamente hasta sacar lo mejor de él, por simple que fuera.
NACIMIENTO DE VENEZUELA EN UN VIAJE
En el año 2014, sentí que debía compartir todo este material de vivencias a lo largo y ancho de mi país con el mundo. Me parecía injusto tener todo ese material audiovisual guardado en un disco duro, escondido de los ojos de otras personas que quizás podrían valorarlo mucho también y aprender de él, y ni hablar de las experiencias que atesoraba en mi mente y mi alma. Así que, aprovechando el lanzamiento de la red social Instagram, creé el perfil llamando mi nuevo proyecto “Venezuela en un Viaje”, haciendo el link con mi blog en ese momento, donde compartía los relatos de cada uno de los viajes que iba haciendo por el país.
A partir de ahí el proyecto tomó un rumbo de ascenso inmediato. Periódicos, revistas nacionales e internacionales, estaciones de radio y canales de televisión nacional se interesaron por conocer más sobre esta propuesta comunicacional que hablaba de un joven apasionado por su país, recorriéndolo y echando el cuento.
Tuve la oportunidad de colaborar para numerosos medios de comunicación, revistas nacionales e internacionales, ser invitado a conversatorios y eventos de turismo, escribir artículos de periódico e incluso sacar un par de capítulos de experiencias de viajes en canales de televisión.
Fueron años de travesías ininterrumpidas de conocer una cantidad enorme de personas que marcaron esa etapa positivamente, de desarrollar una marca, un proyecto comunicacional, de ganar el respeto y admiración de muchos y adquirir una experiencia muy valiosa en el mundo de los viajeros Overland, siempre llevando el nombre de Venezuela en alto y mostrando lo bello de mi país a pesar de estar atravesando por momentos difíciles. Lo que yo quería era que las personas al ver el material que tenía para ofrecer viajaran junto a mi a través de un relato, un video o una buena foto, estuvieran donde estuvieran.
MIGRACIÓN Y NACIMIENTO DE VENEZOLANO EN UN VIAJE
Año 2017, la crisis se agudizaba en Venezuela, las opciones se redujeron al máximo, lo cual me obligó a tomar la difícil decisión de emigrar hacia tierras más prometedoras y que me ofrecieran un mejor futuro para mi y mi familia. Pero como siempre, este viaje no lo haría de forma convencional, sino que lo haría por tierra, a bordo de mi camioneta, como siempre lo había soñado a través de gran parte de Sur América.
Así fue como el 4 de febrero de 2018 emprendí esta travesía que me llevó por 5 países, durante un mes y dos días de la experiencia más increíble que he vivido en mi vida entera. Ese preciso momento en el que puse un pie fuera de Venezuela, con mucho miedo, tristeza pero con una gran emoción a la vez por estar cumpliendo mi gran sueño, mi trabajo dejó de llamarse Venezuela en un Viaje para migrar a algo más global, porque ya no era duelo de Venezuela sino del mundo. Así mi proyecto pasó a llamarse: Venezolano en un Viaje.
La aventura comenzó atravesando media Venezuela para llegar hasta la Gran Sabana, escenario emblemático de mi país que me daría la despedida por todo lo alto. Luego atravesaría la Amazonía brasileña por caminos poco transitados y grandes peligros por doquier, subiría a lo más alto del mundo en los andes peruanos para luego recorrer el altiplano boliviano y sus exuberantes paisajes. Finalmente bajaríamos a tierras más llanas en Chile para llegar a nuestro destino final en este primer tramo de un sueño que se hizo realidad: la ciudad de Santiago.
Desde el año 2007 hasta el año 2017, desde el primer viaje (de manera independiente) por Venezuela, hasta mi salida de mi hermosa tierra por carretera hacia Sur América, fue una gran escuela por la que sin saberlo estaba pasando, preparándome, madurando y aprendiendo para abrirme a nuevos horizontes y proyectos más macros que tienen el mundo entero como gran destino.
Todo en la vida tiene su momento y aquí quedó demostrado. Por más que tus ganas de vivir y tu juventud inquieta intenten saltarse esos procesos, esos pasos necesarios para alcanzar nuevas metas, pienso que no lo lograrás hasta que hayas aprendido lo necesario para continuar adelante.
El viaje continúa…